CHUBASCO EN MÓSTOLES (MADRID). AÑO 1993.
Magistral obra del pintor Juan Castro Carmona.
La ermita de Móstoles, construcción de recatada belleza, ha sido el símbolo por antonomasia de todo un pueblo y el referente esencial y artístico utilizado reiteradamente por Carmona en sus composiciones pictóricas referidas tanto a Móstoles como a buena parte de sus composiciones oníricas donde encuentra un lugar reservado para su representación.
"Chubasco en Móstoles" es otra de sus espléndidas pinturas en la que esta recoleta ermita toma especial protagonismo, envuelta en esta ocasión por la grisácea luminosidad de una atmósfera plomiza bañada, una vez más, por el líquido elemento sobre sus paramentos; reservando entre sus portentosos muros miles de anécdotas acaecidas a lo largo de su longeva existencia compuesta por siglos de historia y observando al mismo tiempo, desde su pequeño altozano, la vida que bulle a su alrededor en ese año de 1993, en el que la tecnología digital de los móviles aún no había hecho acto de presencia y los transeúntes caminaban libres de toda carga adicional, cruzando sus miradas y observándose unos a otros, hablando y gesticulando; usando en definitiva el lenguaje corporal como la forma más eficiente de comunicación espontánea y natural, base esencial del aprendizaje, la comprensión y la afectividad humana.
El inigualable y genial pintor Juan Carmona que habitó en Móstoles, rotulando y realizando grandes murales en sus establecimientos, siempre en estrecho contacto con sus coetáneos pobladores, inició un periplo pictórico retratando en sus pinturas las diferentes etapas y transformaciones sufridas por Móstoles a través del tiempo, antes de llegar incluso a residir en esta población.
Años pretéritos de un Móstoles rural y primitivo, el preferido por el pintor para recrear en sus cuadros en claro contraste con sus pinturas más "modernas" como es el caso de Chubasco en Móstoles (1993) reflejo de una villa cada vez más urbanita. Todos ellos forman en conjunto una galería de bellas, diversas y magistrales estampas pictóricas que nos trasladan desde su pasado más remoto en el que cabe destacar sus abundantes representaciones relativas al importante hallazgo arqueológico descubierto por el pintor en su juventud, pasando por la recopilación pictórica de antiguos e inéditos grabados, hasta reflejar en sus pinturas el pasado más reciente conformando, asimismo, una bella sinfonía de imágenes para el recuerdo y para la historia de esta población. Extensa obra mostoleña que en gran medida engrosa ya importantes colecciones privadas, tanto nacionales como internacionales.
Además y por si su intensa labor pictórica no bastara, su implicación con Móstoles, llevó a Carmona fotografiar a muchos de los personajes de toda índole con los que trató y que forman parte de un amplio abanico de exclusivas instantáneas, que incluyen la fisonomía urbanística y arquitectónica que caracterizó en su día a dicha población, documentos gráficos únicos recopilados la mayoría en su autobiografía El Talento Oculto dotando de este modo de esencia vital la etapa comprendida entre los años 1968 y 2000, de ese Móstoles que vivió intensamente...
Características:
Chubasco en Móstoles (Madrid) Año 1993: (Obra enmarcada). Pintura acrílica sobre lienzo. Espátula y pincel. Medidas: 146 x 87 cm.
Autor: Juan Castro Carmona.