Andrés López: Pregonero Mayor de España.

SacristanPC     Sacristán quijotesW

Sacristánlibor   Sacristán y Carmona                               

 

ANDRÉS LÓPEZ SALINERO: PREGONERO MAYOR DE ESPAÑA.

Coleccionista también de exclusivas instantáneas sobre Móstoles

En su constante afán por restaurar y preservar toda clase de objetos del pasado, Carmona, el gran maestro de la pintura, reaviva la memoria de aquellos personajes dignos de ser rescatados del pozo del olvido colocándolos en el lugar que les corresponde con todo lujo de honores; componiendo sus reliquias con mimo y primor, listas para ser exhibidas como icónicas piezas de museo y otorgándoles un lugar predilecto en su impactante autobiografía "El Talento Oculto". 

Andrés López Salinero (Alba de Tormes,1936 - Móstoles., 2006),  conocido como “el Sacristán” de Móstoles, cumple sobradamente los requisitos para ser mencionado y recordado, pues además de ejercer como sacristán, tocando también el órgano en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de dicha localidad, fue un excelente cerrajero, alguacil, músico componente del grupo mostoleño denominado “Los Geas”, destacando especialmente como Pregonero Mayor de España, título honorífico otorgado y revalidado por duplicado en los años 60, y ejerciendo esta encomiable labor hasta bien entrados los 80.

De este bagaje de variopintos oficios surge por doquier su espíritu creativo dejando en cada una de las actividades, que se prestan a ello, su peculiar impronta. Más de veinte años trabajando como cerrajero dan mucho de sí... De hecho, aquellos afortunados que hayan conocido el Cine Estrella en sus mejores tiempos, sin duda recordarán la artística reja realizada por Andrés formada por elementos de forja antigua: llaves, candados, cerraduras etc., derivando su incesante actividad en la composición de otras creaciones destacables como es la ingeniosa miniatura quijotesca creada a base de pequeñas y antiguas piezas de hierro, con la que obsequió a su amigo el pintor J. Carmona, y que se muestra en imagen.

Fue también un gran coleccionista de fotografías antiguas y documentos relacionados con la localidad de Móstoles, siendo Carmona el principal proveedor de este valioso material cultural en agradecimiento a los trabajos que Andrés le proporcionaba. De hecho, el pintor llegó a entregarle, en sucesivas ocasiones, una suma superior a doscientos archivos gráficos sobre la fisonomía del Móstoles antiguo y de sus pobladores de antaño, contenidas en dos grandes y antiguas cajas de carne de membrillo llenas a rebosar de esos exclusivos documentos, anotando  en el reverso de una de esas entrañables fotos de mostoleños, que aún conserva, la entrega de un lote compuesto por noventa instantáneas.

Transcurridos prolongados periodos de tiempo sin contacto entre ambos por circunstancias diversas relacionadas con el trabajo y cambios de domicilio, quedaron relegadas en el olvido algunas de las instantáneas reservadas a Andrés desde finales de los años 60, dejando constancia de ello en este artículo como homenaje a su memoria. 

Tristemente su tiempo se vio limitado y no pudo cumplir su sueño de ver publicado su libro (lo que hubiera supuesto una auténtica primicia para Móstoles), tal y como él mismo anuncia al final del presente artículo de El País a raíz de su última aparición como pregonero en las fiestas de Móstoles del año1997.

Dicho artículo merece un lugar privilegiado, colocándolo Carmona sobre un marco del siglo XIX, que precisamente Andrés le regaló hace ya la friolera de unos cuarenta años procedente de la ermita de la Virgen de los Santos. Curiosa, coincidencia a la que se suma el hecho de que recientemente llegara también a manos del pintor un simpático muñeco que recuerda la viva imagen de Andrés, el pregonero, equipado con su tradicional atuendo, con su carterita en bandolera portadora de los bandos del municipio, su inseparable trompetilla y su sempiterna sonrisa que al igual que el Andrés de carne y hueso, siempre llevaba por bandera, reflejo de su buen corazón, tanto es así que hasta los diseñadores de juguetes se hicieron eco de su fama.

"Andrés todos los que te apreciamos jamás te olvidaremos", afirma Carmona.

 Y, seguidamente, transcribo este interesante artículo que marca un hito en la memoria colectiva de los mostoleños.

"DE ORDEN DEL SEÑOR ALCALDE”

Andrés López Salinero, antiguo alguacil de Móstoles, es el único pregonero Mayor de España.

(Andrés López Salinero, segundo por la izquierda en la imagen de arriba en 1962 con sus compañeros del concurso de pregoneros en Granada.

Abajo en el pregón de Móstoles el pasado 12 de septiembre). 

Artículo de El País (1997).

Firmado por Alex Niño (Madrid)

"¿Hay que pagar al pregonero? En medio de la polémica que ha destapado el caché de los famosos por animar a los vecinos a sacarles jugo a sus fiestas patronales, llega el pregonero mayor de España, suelta en Móstoles un pregón que arranca más olés que una primera figura y no cobra una peseta. Paradójicamente cuando a finales de los años 50 y principios de los 60, informaba oficialmente de cuanto ocurría en esta localidad madrileña a su millar y medio de vecinos ganaba un duro por pregón. Por eso no quiere entrar en el debate. “Yo ahí no me meto, que cada cual haga lo que crea, pero sí me pregunto una cosa: Si siempre ha existido un oficio tan bonito como este, ¿Por qué ahora no nos llaman?”

La respuesta parece sencilla, ya no quedan pregoneros. Han bastado treinta años para que ese oficio “tan bonito” desapareciera. Cuando este salmantino de 62 años consiguió en 1961 el título nacional organizado por la emisora sindical de Granada había pregoneros en casi todos los municipios. Eran los boletines oficiales parlantes de los Ayuntamientos y con ellos se tuvo que medir Andrés, primero en la Plaza Mayor de Madrid para ganar el título provincial, y después en Granada en una final en la que participaron representantes de todas las provincias españolas. Como curiosidad sólo participó una mujer, la pregonera del municipio abulense de El Barraco.

Andrés representaba a Móstoles, ataviado como en 1808 lo hiciera Andrés Torrejón su famoso alcalde. En casa había dejado su gorra de plato con las iniciales AM, (alguacil municipal) flanqueando el águila imperial, la chaqueta también con iniciales y la faja. Llevaba, eso sí, su trompetilla, esa que anunciaba al vecindario su paso. Para desbancar a sus adversarios tuvo que lanzar tres pregones: Uno se lo habían dado preparado, otro tuvo que improvisarlo y un tercero, leerlo. “Así comprobaban las facultades que tiene que tener todo pregonero: saber leer, saber improvisar y saber componer”. El mostoleño de adopción arrasó con su particular arte y revalidó el título celebrado tres años más tarde en el segundo concurso  celebrado en 1964.

Como no se volvió a convocar el certamen Andrés ha sido, es y será el único pregonero mayor del reino. En 1954, Andrés dejó Alba de Tormes, donde había nacido, para hacer la mili en Móstoles. Entonces esta ciudad, hoy la segunda de la región, apenas superaba el millar y medio de habitantes y vivía fundamentalmente del campo.

Por una mujer

Una mujer Elena y las buenas perspectivas laborales le llevaron a instalarse definitivamente en el pueblo. Primero trabajó en una herrería afilando los aperos de labranza, luego entró en el Ayuntamiento para recoger la basura con un carro y una mula y, finalmente, le nombraron alguacil. “Era la máxima autoridad el pueblo, porque al no haber Policía Municipal sólo estábamos la Guardia Civil y yo”.

Además de velar por las buenas relaciones de vecindad, de apercibir a los chavales que pisaban los bancos del parque o de suplir al enterrador, al cartero o al lechero en caso de ausencia, Andrés se convirtió en la voz del alcalde. ”El cargo de alguacil lleva añadido el de pregonero, los pregones me los pagaba aparte, a duro cada uno”. Para hacerse una idea de sus emolumentos en 1966 el sueldo de alguacil ascendía a 750 pesetas al mes más una media de 20 pesetas por los pregones.

“En Móstoles habré echado más de mil y me acuerdo de casi todos. Daba más o menos uno por semana, salvo cuando venían los vendedores ambulantes que eran los que más trabajo me daban”. De orden del señor alcalde, Andrés hacía saber a los mostoleños el pago de los impuestos, el programa de fiestas, la llegada de los meloneros e, incluso, de los directores de cine buscando extras en el pueblo para películas como La Hija de Juan Simón, de Antonio Molina; El hombre que viajaba despacito de Gila, o Nada menos que un arcángel de Fernando Sancho. “Yo siempre recomiendo las dos primeras porque se rodaron en gran parte en Móstoles”.

Su particular salto a la fama, convertido en Pregonero Mayor de España, le embarcó durante tres años consecutivos en las giras veraniegas que organizaban Peregrinos de la Caridad para llevar lo mejor del españolismo a los emigrantes dispersos por Francia y Alemania. “Sus traemos, les recitaba, artistas del cante, literatos y toreros/gentes de toa la calaña/ que en el fondo son tos ellos personas de buena andanza”. Se refería a Marisol, Aurora Bautista, Rocío Dúrcal; Perla Cristal o Victoriano Valencia. Con ellos compartía el cartel, pero no dudaba en regresar a su modesta casa, una planta baja junto a lo que hoy son los juzgados. “Nunca se me subieron los humos”, asegura.

Cuando Móstoles empezó a crecer y la industria se fue asentando poco a poco a sus alrededores, Andrés dejó el Ayuntamiento por una fábrica de electrónica donde duplicaba el sueldo. Eran principios de los 70 y los bandos ya se imprimían y se pegaban por las fachadas

Además, la radio estaba matando, según él, la estrella del pregonero. “La prensa es la heredera nacional de este oficio. Pero yo creo que un pregón quien lo tiene que echar es el pregonero”, afirma. Aun así, Andrés siguió anunciando las fiestas hasta entrados los 80.

Hoy, a sus 62 años y jubilado por problemas de salud, ha vuelto a conocer una efímera fama gracias a las fiestas de este año.

“Les agradezco mucho al Ayuntamiento y a  las peñas que se hayan acordado de mí" Afirma mientras lamenta las dimensiones que ha cobrado el pueblo y que le han hecho perder el contacto con sus vecinos de antaño. "Cada uno vive en una punta. Algunas veces, pero pocas,  nos reunimos todavía de tertulia”, dice.

Ahora reparte su tiempo entre la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción donde sigue ejerciendo de sacristán, toca el órgano y ayuda el párroco, y en la elaboración de un libro sobre Móstoles que quiere publicar dentro de poco".

Características: 

Quijote de Andrés. Año 1974:

Medidas de la figura 23 cm de altura (lanza incluida).

Medida del conjunto: 28 cm de altura.

Medidas de la base en madera de pino: 17.5 x 11.5 cm.

Artículo de "El País" del año 1997: Enmarcado sobre un marco del XIX,

Medidas: 61 x 45 cm.

"El pregonero": Muñeco de los años 70 inspirado en el personaje de Andrés:

El Pregonero Mayor de España

Medidas: 41 cm de altura.