Esculturas

 
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"DOÑA INÉS" (1963) Y "LA VIRGEN DE LOS SANTOS DE MÓSTOLES" (1996).

Obras del escultor Eugenio Arias Barros

ESCULTURAS: Presentación:

En este apartado son dos las vertientes que se presentan: La obra escultórica del pintor Juan Castro Carmona nacido en Sevilla en el año 1951 y las esculturas y tallas del escultor madrileño Eugenio Arias Barros (1940-2016).

Carmona recupera valiosas piezas y herramientas de hierro de nuestro pasado etnográfico para componer diversas figuras convirtiendo cada una de sus esculturas en piezas únicas, tanto por la originalidad de sus creaciones como por la composición específica de cada una de ellas. Un extenso elenco de personajes desfilan a través de este universo escultórico: quijotes y sanchos, maternidades, robots, insectos, búhos y un largo etcétera pueblan el universo de Carmona. Su producción escultórica comienza en Móstoles en el año 1984 con la obra titulada “Nacimiento de mi hija Ana María” y a partir del año 2000, residiendo ya en Almagro (C/Real), reanuda esta actividad, fruto de muchos años de búsqueda y colección, tan sólo frenada por la carencia de antiguas piezas de forja antigua y raros elementos etnográficos, bienes cada vez más escasos y difíciles de encontrar, que constituyen la fundamental base compositiva de cada uno de sus ingeniosos y geniales rompecabezas creativos.

Como consecuencia, el total de figuras realizadas, hasta ahora, asciende a un total de 300 piezas. Muy demandadas por coleccionistas privados y por todo tipo de establecimientos dedicados al turismo y a la restauración decoran las estancias de casas rurales, de mesones y de mansiones tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. No obstante, aún conserva una relevante colección compuesta de 68 piezas únicas, valiosas e irrepetibles dada su peculiar composición.

Y en esta misma sección, sobresale la también prolífica obra del escultor Eugenio Arias Barros de cuyas esculturas y tallas emana su peculiar primitivismo reflejado en la gran variedad de formas, de motivos religiosos y profanos que constituyen una importante muestra de su obra recuperada y restaurada, en parte, por el pintor Juan Castro Carmona, dedicándole en el 2018 en redes sociales el presente, póstumo y, lamentablemente, el único homenaje que hasta ahora se le ha otorgado a su obra y a su persona:

“HOMENAJE AL ESCULTOR EUGENIO ARIAS BARROS. (1940-2016)

¡¡El mejor escultor que ha tenido Móstoles!!

"Hoy día 27 de septiembre de 2018 se cumplen dos años del fallecimiento del imaginero y escultor Eugenio Arias Barros que, aunque nacido en Madrid capital, vivió y desarrolló plenamente su arte en la localidad madrileña de Móstoles. Bien pudiera parecer una temprana conmemoración de su óbito, y esto me lleva a preguntarme si en algún momento de su vida, o incluso posteriormente a su muerte, se le dedicó algún tipo de homenaje o reconocimiento de su prolífica y magistral obra gestada incansablemente en su taller situado en una de las escasas y típicas casitas mostoleñas que aún se conservan al lado del lavadero. Incluso yo mismo, por pura casualidad, me enteré de su fallecimiento un año más tarde. De modo que, si estoy en lo cierto y no ha habido mención alguna referida a su obra artística, es para mí un honor y un deber escribir unas líneas, mostrando alguna imagen que ponga de manifiesto su intensa labor creativa, adquiriendo así este recordatorio el verdadero sentido que merece.

Eugenio Arias Barros realizó su aprendizaje en la Escuela Aplicada de Artes y Oficios de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y desde entonces la madera fue su mejor aliada. No sólo realizó diversos trabajos de imaginería en Móstoles restaurando la talla de la Virgen de la Soledad en los años 70 o confeccionando las andas por encargo de la Cofradía de San Simón de Rojas (1994), sino que plasmó en sus tallas y esculturas un buen número de motivos mostoleños, entre los que cabe destacar aquellos de carácter iconográfico. Pongo como ejemplo de tales creaciones, la talla de la Virgen de Nuestra Señora de los Santos (1996), que se muestra en imagen, de candoroso primitivismo, bellamente tallada, policromada y decorada con pan de oro. Su extensa obra abarca, además, de un amplio abanico de creaciones de temática religiosa, reproducciones en madera de pinturas de los grandes maestros de la Historia y temas profanos extraídos de su propia cosecha imaginativa, tallando, asimismo, bellos marcos adornados con vestales, orlados con temática vegetal, cofres con escenas escultóricas maravillosamente labradas, y un largo etcétera de fantasías. Eugenio era un artista completo que dominaba la escultura, la talla, la ebanistería y la carpintería.

Mi labor recordatoria sería innecesaria si la sociedad no olvidara con facilidad, pues esta letárgica indiferencia es una pandemia histórica muy extendida en territorios escasamente cultivados que se repite incesantemente, sin tan siquiera percatarse que si damos de lado a uno sólo de los escasos y auténticos artistas que vivieron entre nosotros, como es el caso de Eugenio, que recreaba en sus obras el sentir de un pueblo reencarnándolo en el suyo propio, nos despojamos de nuestra propia capacidad para observar, comprender y sentir la verdadera naturaleza del arte. Y una vez perdido este valioso patrimonio, ¿Qué nos quedará...? Nos transformaremos en seguidores acérrimos del rey Midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro, y nosotros los llamados “hombres modernos”, término que más parece referirse a una moda o a una etiqueta, que a una denominación puramente humana, carentes de sólidos puntales morales, espirituales y artísticos, estaremos irremediablemente condenados a convertir todo lo que tocamos en cemento y sucumbir, al unísono, bajo el influjo deslumbrante y demoledor de la ficticia tecnología.

Eugenio Arias Barros es un continuador de la obra de sus ancestros, con sello propio; es el artista por antonomasia, creador y transmisor de emociones. Su obra respira, está viva y con él menguan a pasos agigantados, si es que no han desaparecido ya, el número de aquellos que de un pedazo de madera son capaces de extraer una tangible y cálida obra de arte”.

NOTA: Datos relativos a la confección de las andas de San Simón de Rojas extraídos del libro de Jesús Orozco: "Móstoles, Encrucijada de los caminos de España".

Características:

  • "Doña Inés" (1962):  Esta magnífica figura en escorzo de toques modernistas representa a la gran actriz y empresaria dramática María Guerrero (1867-1928) interpretando a Doña Inés protagonista junto con "Don Juan" de la popular y conocida obra "Don Juan Tenorio" de Francisco Zorrilla. Encargada esta pieza por el también dramaturgo, escenógrafo y director de escena Francisco Nieva, (1929-2016) natural de Valdepeñas (C/Real), en el año 1962 al escultor Eugenio A. Barros, este optó por quedarse con ella al no aceptar Nieva el precio en un principio pactado. Tallada en madera de cedro y policromada. Medidas: 61 cm de altura.
  • "La Virgen de los Santos de Móstoles" (1996): Madera de limoncillo. Policromada y decorada con pan de oro. Medidas: 39 x 52 cm.
  • Autor: Eugenio Arias Barros