MÁS EVIDENCIAS SOBRE EL DESCARADO PLAGIO DEL PINTOR MIQUEL BARCELÓ
Por encima del esfuerzo y el honor prima la ambición y, consecuentemente, surgen los grandes fraudes como el de Miquel Barceló.
Al contrario de lo que puedan creer las mentes mal pensantes, el pintor Juan C. Carmona no persigue ni dinero ni fama con esta revelación, tan sólo pretende obtener algo más difícil si cabe: "JUSTICIA", (o sea, el reconocimiento de la autoría de su obra taurina plagiada por Barceló), porque, ¿quién se atreve hoy en día a anteponer esta noble virtud, sopesada en la balanza de la ecuanimidad, por encima de los veleidosos intereses de la fama, el dinero y el poder...?
“LA HISTORIA”, con mayúsculas o sin ellas, está repleta de grandes fraudes y aderezada con enormes mentiras, aun así este artículo sorprenderá y/o sembrará la incredulidad en más de uno/a por su contenido relativo a los múltiples y reiterados plagios taurinos realizados por el famoso pintor de origen mallorquín Miquel Barceló, quien inició este proceso pictórico en el año 1986, tomando como modelo “a calcar” las ideas y los diseños de las numerosas pinturas taurinas ejecutadas entre los años 1965 y 1973 por el pintor Juan C. Carmona, durante su etapa de adolescencia y juventud.
A falta de indagar más en la tauromaquia pictórica de Barceló, solamente cuatro de las imágenes que se presentan en este apartado, tomadas al azar de Internet, y contrastadas con cinco de las pinturas de Carmona, son tan reveladoras que no dejan margen para opiniones encontradas, y si a esto añadimos los documentos escritos por el pintor durante su mencionada etapa de juventud que apuntan directamente a la adquisición de su volumen taurino nº 5 compuesto por 25 pinturas más otras obras de temática taurina a principios de los años 70 por un importante empresario de origen mallorquín (al igual que Barceló) completan el círculo de pruebas indicadoras del gran fraude de este.
Entre esa repetición seriada de las pinturas del pintor mallorquín, una de sus desvaídas y melifluas pinturas, (aunque los llamados “expertos” insistan en lo contrario), concretamente, la titulada Faena de muleta (1990) se subastó en la londinense sala de arte y subastas Christies por una cifra desorbitada producto de la especulación, de las consecutivas burbujas generadas en el gran negocio del mal llamado "arte", coincidiendo curiosamente con otro de los diseños compositivos de obra taurina del pintor Juan C. Carmona durante su juventud.
Teniendo en cuenta, además, que Carmona durante esa prolífica etapa de su juventud realizó seis volúmenes de tauromaquia, vendidos principios de los años 70.No obstante, conserva el nº 2, que lleva por título Sangre y Arena (1965-1969), compuesto al igual que el resto de sus volúmenes por el mismo número de pinturas con diferenciados diseños del coso taurino, bien en forma de óvalo o de cráter; plasmando la mayoría de sus motivos usando una perspectiva aérea, "a vista de pájaro", y variando tan sólo la posición de la figuras en el ruedo: toro y torero, etc. (motivos pictóricos que se repiten en el resto de sus volúmenes y de su prolífica producción taurina con algunas variaciones de diseño y de colorido), ponen en evidencia el susodicho y descarado plagio.
Entonces, cabe preguntarse: ¿Cómo es que todavía no ha salido a la luz pública un hecho tan evidente y con tantas pruebas en contra de Barceló? Pues sencillamente porque los medios de comunicación solicitan una denuncia previa del caso para sacarlo en candelero, y esta denuncia conlleva demasiadas cortapisas, demasiados interrogantes aún no resueltos por los expertos leguleyos a los que se les ha consultado y, por supuesto, dado el elevado poder adquisitivo de la “multinacional Barceló”, arropado, además, por una cohorte de satélites especulativos que se ciernen sobre su figura promocionando y ensalzando su mediocre y repetitiva obra, cabe suponer que cualquier intento de desprestigio dirigido contra Barceló será abortado a golpe de talonario, comprando toda aquella prueba y a todo aquel que lo pretenda incriminar, con o sin razón.
Supone una lucha de David contra Goliat, tomando el relevo el "virtual" fenómeno Bíblico por la pura y cruda realidad de los intereses creados e institucionalizados que no permiten bajo ningún concepto, salvo excepciones por diatribas políticas, destronar a nadie de su cargo o pedestal por muy inepto que sea el personaje en cuestión, lacra inmovilista que arrastra este país desde tiempos inmemoriales.
No obstante, en esta pugna artística, la obra taurina de Juan C. Carmona es impetuosa y sale victoriosa en cuanto a colorido, forma y vigor. Sus miniaturas en el ruedo, incluyendo toro y torero, toman prestancia, empaque, solidez, realismo y dinamismo frente a las tonalidades neutras de desvalido colorido de Barceló, con sus superfluas siluetas apenas esbozadas, sin mayores pretensiones ni expresiones, dado que jamás sería capaz de llevar a buen término una obra taurina de carácter realista, mientras que Carmona desde su adolescencia realizaba ya verdaderas proezas de toda índole, pues sólo el alma de un verdadero artista es capaz de imprimirla en cada una de sus creaciones, y la pintura como forma de expresión de cada individuo refleja su propia personalidad, de modo que podría afirmarse: “Muéstrame como pintas y te diré como eres”..
E inevitablemente, hemos de reflexionar y de seguir interrogándonos: Si la supuesta obra de Barceló es la de un genio, realizada a la edad de 33 años, entonces el pintor Juan C Carmona ¿qué seria a los 14 años de edad (1965), sin recursos económicos, ni enseñanzas previas, sin apoyo familiar ni institucional y realizando cientos de obras abstractas de series como estas y tantas otras con diferentes técnicas, diseños y colorido. Pintando, además, temas figurativos y vendiendo al mismo tiempo el producto de su propio trabajo…?
Hechas estas aclaraciones, de algún modo -de momento mediante esta página web-, ha de ponerse en conocimiento del público en general esta realidad en espera de vislumbrar con mayor precisión los cauces por los que discurre este asunto, poniendo al descubierto, junto a las reveladoras pruebas gráficas muestras de los documentos probatorios referidos al infame, descarado y múltiple plagio de Barceló, descubierto el primero de ellos en el año 2021, cuando hojeando revistas de arte, en una de ellas titulada “Descubrir el Arte” (nº 60-febrero de 2004), llamó la atención de Carmona una de las imágenes taurinas de la revista, obra de Barceló, que le llevó a recordar varias de sus prolíficas pinturas taurinas de su época de juventud realizadas entre los 14 y los 22 años de edad (1965-1973), imprimiendo en su libro autobiográfico El Talento Oculto, recopilatorio de sus escritos de juventud y publicado ese mismo año (2021), la indeleble huella de este fraude que queda ampliamente documentado en su catálogo de Arte Contemporáneo (1965-1974), de edición posterior (2022), compendiando en este volumen el resto de pruebas incriminatorias sobre Barceló.
Dejando, asimismo, constancia en este artículo de una parte importante de dichas pruebas, presentando en su cabecera las imágenes contrastadas de las obras de Barceló con las de Carmona, que son sólo la punta del iceberg de un plagio más amplio aún por dilucidar Y exponiendo al final del artículo, pruebas documentales, tales como una de sus cartas, fechada el 10 de julio de 1972, el recibo de Francisco Pérez (10 de junio de 1972), un croquis de sus formatos taurinos (1966) y un extracto de las anotaciones manuscritas en el cuadernillo nº 12 (1965-1971).
Y para hacer estos documentos asequibles en cualquier otro idioma se transcriben a continuación, remarcando en negrita las alusiones concretas al tema que nos ocupa:
RECIBO DE FRANCISCO PÉREZ Y FORMATOS TAURINOS DE JUAN C. CARMONA. (Documentos publicados en su catálogo de Arte Contemporáneo (1965-1974), cuyas obras señaladas en negrita, incluyendo el volumen titulado Sangre y Arena), RELACIÓN DE LA OBRA VENDIDA A FRANCISCO PÉREZ “EL SASTRE". Recibo fechado el día 10 de Junio de 1972, firmado por Juan Castro Carmona referido al Catálogo taurino nº 2 titulado Sangre y Arena (1965-1969) compuesto por 25 pinturas. ¡Prueba contundente del descarado plagio de Miquel Barceló! "He recibido de Francisco Pérez, la cantidad total de 17.500 pesetas por el lote compuesto de las siguientes obras: Tres Lienzos de pinturas abstractas de 1,95 x 1,30 cm Cuyos títulos son: Océanos de pasión; Lluvia Ácida y Composición en negro. Cuatro Lienzos modernos de 1,30 x 97 cm. Cuyos títulos son: Sueños de Pepsi-Cola; La inutilidad de Sísifo; Corazón de 24 quilates y La Sonrisa esmeralda. Un catálogo de pinturas taurinas compuesto de 25 cartones de 43 x 32 cm, es el nº 2. Las pastas son de madera y cartón decorados. (Todo pagado) RELACIÓN DE LOS CUADROS DE TOROS PINTADOS EN CASA DE SU AMIGO MANUEL RODRÍGUEZ APODADO “DIEZ PESETAS” EN EL AÑO 1966. (Cuyos diseños también son usados por Barceló). Apaisados: Hechos 11 de estos con tela, con pincel y pintura de plástico. Medidas: 60 x 30 cm. Vendidos cinco de ellos: 1.500 pesetas cobradas. Vertical: Hechos 10 de estos a base de arquil, harina de almorta, que tiene relieve, sobre madera, con pintura de plástico y con espátula. Medidas: 56 x 80 cm. (Dos de estos los tiene "la Carmen" en el escaparate con marcos). Cada uno vale 500 pesetas. Vendido: 2.100 pesetas. Redondos: Terminados 15 de estos en madera. Medidas 50 cm de diámetro. Pintura de plástico y espátula. De estos vendí tres a 400 pesetas cada uno. 1.250 pesetas cobradas. (Uno es para la María). 3.700 pesetas en total. 18 de septiembre de 1966. |
Características:
RELACIÓN DE LAS PINTURAS DE JUAN CASTRO CARMONA QUE ENCABEZAN ESTE ARTÍCULO:
De las 25 obras del volumen nº 2, titulado “Sangre y Arena”, hay más pinturas estrechamente relacionadas con el plagio de Barceló, pero como “para muestra vale un botón” cinco de sus obras son suficientemente representativas, realizadas por Carmona entre los 14 y los 17 años de edad (Desde 1965 a 1968), comenzando a plagiarlas Barceló en el año 1986, a la edad de 29 años. Añadiendo una quinta pintura probatoria titulada "Antonio Bienvenida en las Ventas"(1966), otra de las obras taurinas de Carmona.
Nota: Las pinturas ubicadas en la parte superior e izquierda de las imágenes son obra de Carmona y el resto de Barceló.
Jaime Ostos. Año 1966: (Nº 10 del volumen nº 2, Sangre y Arena (1965-69), compuesto por 25 pinturas). Pintura plástica industrial sobre cartón. Medidas: 43 x 32 cm.
El Litri. Año 1967: (Nº 4 del volumen nº 2, Sangre y Arena (1965-69), compuesto por 25 pinturas. Pintura plástica industrial sobre cartón. Espátula. Medidas: 43 x 32 cm
El Pireo en las Ventas. Año 1967: (Nº 12 del volumen nº 2, Sangre y Arena (1965-69), compuesto por 25 pinturas). Pintura plástica industrial sobre cartón. Espátula. Medidas: 43 x 32 cm.
Julio Aparicio. Año 1965: (Nº 15 del volumen nº 2, Sangre y Arena (1965-69), compuesto por 25 pinturas). Pintura plástica industrial sobre cartón. Espátula. Medidas: 43 x 32 cm.
Antonio Bienvenida en Las Ventas (1966): Pintura plástica industrial sobre madera. Espátula. Medidas: 56 x 80 cm.
Autor: Juan Castro Carmona.