LA PINTURA DE JUAN CASTRO CARMONA

"La Gran Vía de Madrid" (1973-74):
¡Una grandiosa proeza de dibujo, de luz y de color!

La obra pictórica del genial pintor autodidacta Juan Castro Carmona se caracteriza por ser tan amplia y diversa que resulta imposible encasillarla bajo las premisas de corriente o tendencia artística alguna. Tan sólo es posible delimitarla teniendo en cuenta el periodo comprendido de su juventud, concretamente desde los 13 hasta los 23 años de edad, (1964-1974), etapa que transcurre principalmente en el madrileño barrio de Carabanchel Bajo, y en la que se dedica con profusión a realizar abstractos a mansalva, acuciado por la perentoria necesidad y por la elevada demanda de esta novedosa moda que satura e invade el mercado artístico producto del incipiente estado de bienestar. Este hedonismo y narcisismo acomodaticio busca lo fácil, la simplicidad rayana en el absurdo, la repetición y la chabacanería, elevando a la categoría artística cualquier excentricidad carente de base, de solidez, en definitiva, de oficio y, lo que es peor, de espíritu.

No obstante, cada una de las miles de abstracciones realizadas en gran variedad de formatos y tamaños por Carmona mantienen su propia entidad colorista y creativa, con títulos imaginativos y poéticos indicios del enorme potencial artístico que posee, practicando al mismo tiempo la crítica y autocrítica de este tipo de pintura y dejando constancia de todo ello en sus propias creaciones abstractas y en sus numerosos escritos de juventud, como es el caso del voluminoso manuscrito que lleva por título “Mis Verdades y las Mentiras del Arte Moderno”, escrito en el año 1973, o en sus numerosos volúmenes compuestos por 25, 50, 75 y hasta un centenar de pinturas abstractas. Aun así, en esta referida etapa de su juventud alterna la abstracción con el Arte Figurativo creando verdaderas joyas artísticas: retratos, autorretratos, surrealismo, desnudos, temas taurinos y diversos motivos, como es el caso de la presente representación pictórica de la Gran Vía de Madrid (1973-74), realizada con pintura plástica industrial sobre una sábana, que dotada de movimiento y de vida irradia luz propia. El conjunto de este bagaje creativo forma parte de un extenso repertorio de juventud llegando a superar con creces las 8.000 obras (pues muchas de ellas las numeraba por detrás) entre creaciones abstractas y figurativas siendo requeridas la mayoría de ellas en países como Inglaterra y Alemania.

De todo este bagaje de juventud surge su imponente y prolífica etapa de madurez dedicándose a crear su obra figurativa, cultivando la misma variedad temática que en su referida etapa de juventud, y en la que cobran especial protagonismo sus composiciones oníricas, realizando tan sólo breves incursiones en el campo de la abstracción, demostrando en sus vídeos y a la edad de 71 años la facilidad y la rapidez con la que ejecuta este tipo de pintura en grandes formatos y usando la espátula, tal es el caso de “Frenesí en el Mercadona”, o “La guardiana de la escalera” donde su genialidad sigue patente.

Muchas de estas obras de madurez, adquiridas principalmente en Francia, Alemania y Suiza, forman parte de colecciones privadas, quedando, en parte recopilado el conjunto de su ingente producción artística, tanto de su etapa de juventud como de madurez, en su libro autobiográfico "El Talento Oculto", y especialmente en sus dos Catálogos de "Arte Contemporáneo" y "Arte Figurativo".

Características:

La Gran Vía de Madrid (1973-1974): (Obra enmarcada con un marco realizado por el maestro carpintero de Almagro Manuel Montero Muñoz)Motivo extraído de un almanaque del año 1963 de 18,5 x 25 cm.

Pintura plástica industrial sobre una sábana. Medidas: 84 x 114 cm,

Autor: Juan Castro Carmona.