¡¡UNA PORTENTOSA OBRA DE ARTE!!
"El sueño de Mari, La Arqueóloga" (1977-78)
Sin duda hay muchos y buenos pintores conocedores de su oficio que son capaces de llevar a cabo grandes proyectos, pero esta pintura excede todas las expectativas, y siendo generoso, muy pocos serían capaces de llevar a buen término esta colosal y espectacular OBRA DE ARTE con mayúsculas, digna de colgar de la paredes de los más renombrados museos de todo el orbe, con la dificultad añadida de haber empleado en su realización pintura plástica industrial y acrílica, que dado su rápido secado oscurece rápidamente los colores, lo que exige tener una excelente memoria para recordarlos y aplicarlos homogéneamente. Para hacerse una idea, casi la totalidad de la composición cuenta con más de diez capas superpuestas, compuestas cada una de ellas de la misma gama cromática, que es lo que le confiere al cuadro la impresión de tridimensionalidad, de solidez, de tal manera que parece más un conjunto escultórico que una pintura.
Y después de este breve apunte técnico, esta monumental obra, requiere un mayor conocimiento relativo a las vicisitudes de su ejecución:
De un verdadero derroche de energía, autodisciplina, tesón, amor por el arte y valentía tuvo que armarse el pintor autodidacta Juan C, Carmona a la edad de 26 años para llevar a cabo obra de tamaña envergadura, animado en un principio por los magníficos resultados de su anterior trabajo realizado pintando el cuadro de La Gran Vía de Madrid (1973-74), un año antes de que el pintor Antonio López llevase a cabo su pintura sobre esa emblemática vía madrileña, y teniendo como modelo un pequeño almanaque de pequeñas dimensiones y de escasa nitidez.
En esta ocasión, se lo pensó mucho antes de "entrar en faena", pues desde el año 1974 guardaba, procedente de una revista, la imagen del Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia: “Una de las más bellas y representativas portadas que se pueden encontrar en España plagada de figuras y elementos ornamentales, cuyos diversificado motivos rompen la simetría lateral, al mismo tiempo que cada uno de ellos suponen un reto para todo aquel que se precie de ser pintor”- explica el pintor en su autobiografía El Talento Oculto.
No obstante, al tratarse de una hoja de revista de antaño, su imagen de escasa resolución, tampoco ayudaba mucho a falta de nitidez, quedando perdidos los numerosos detalles en el laberinto compositivo de esa colosal portada: “Pues ni tan siquiera usando una lupa grande, unida a un extensor metálico fijado a la pared me desvelaban la forma de los motivos y había días que me pasaba pintando desde las nueve de la mañana hasta las doce de la noche, subido durante toda la jornada en mi vieja escalera de madera con la espalda dolorida y con las espinillas llenas de rozaduras de tanto subir y bajar. Y todos estos sinsabores los soportaba a modo de penitencia, al mismo tiempo que cada logro me reconfortaba de dichas penalidades”- añade el pintor en sus escritos.
Otras dificultades surgieron, poniendo a prueba su pericia y el tesón durante el inicio y desarrollo de esa monumental obra que coincidió con la crisis del petróleo a nivel mundial generando un galopante paro. De modo que obligado por las circunstancias y por el hecho de estar casado y con un hijo a su cargo, Carmona hubo de retomar su antiguo oficio de pintor industrial y realizar, de nuevo y con desgana, sus detestadas pinturas abstractas, muy demandadas por los turistas que transitaban por Madrid.
La figura de Mari, una chica que estudiaba arqueología y a la que estuvo ligado sentimentalmente en su juventud, cobra en esta composición especial protagonismo, junto con el fortuito y exclusivo hallazgo arqueológico hallado por Carmona en el paraje mostoleño de “El Soto” representados también en su pintura, rindiéndole a ella y a este asombroso descubrimiento un merecido homenaje.
Una vez acabada su titánica obra, transmisora del ímpetu y de la pasión que siente Carmona por el arte y la vida, ante el temor de que pudiera sufrir algún percance y para evitar cualquier tentación que le indujera a venderla, dada su precariedad económica de entonces, desistió de exponerla, y después de mostrarla a varias personas de su confianza, que incluso dudaron de su autoría, decidió en el año 1980 enrollarla y almacenarla. Hasta que 40 años después, concretamente e en el año 2019, pensó que ya iba siendo hora de desenrollarla, montarla de nuevo en su bastidor y fabricarle un marco para colgarla en su dormitorio y así recrearse en su contemplación durante el tiempo que le brinde la vida.
Y así reflexiona el pintor en su autobiografía:
“La fe, que mueve montañas, la ilusión y el amor son las fuerzas que dinamizan el mundo, y a estas alturas de mi vida la reflexión hace mella en mi espíritu, pensando en compartir mi emociones con aquellos que así lo deseen. Por tanto, espero poder exponer este cuadro lo antes posible, porque sé, positivamente, que ustedes disfrutarán con esta impactante visión, y comprenderán que la finalidad del arte es mostrar variados universos y mejorar las relaciones humanas, pues todo esfuerzo realizado con generosidad libera nuestro pensamiento, haciéndonos más tolerantes y respetuosos con los demás e incidiendo directamente en el ámbito social y cultural.
Personalmente, siempre he tenido presente que el arte no es para comprenderlo, sino para sentirlo y, sin duda, los antiguos y grandes maestros del Museo Prado son el mejor referente, pues en cada una de sus obras han dejado la huella indeleble de su alma. Por eso, esta pintura es también un homenaje a ellos, de los que aprendí mucho, y a los cuales siempre llevo en mi corazón”- concluye el pintor, en el artículo dedicado a esa pintura impreso en "El Talento Oculto", que, inevitablemente, luce en su portada esta joya única e irrepetible, inmortalizando el eterno y plácido sueño de Mari, la arqueóloga, custodiado por la omnipresente y resplandeciente fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia.
¡SOLAMENTE AQUELLOS QUE AMAN EL BELLO OFICIO DE LA PINTURA COMPRENDERÁN TODAS LAS DIFICULTADES Y EL ENORME ESFUERZO QUE CONLLEVA ESTA IMPRESIONANTE OBRA!
- Nota: El vídeo anexo a este artículo tiene un carácter meramente documental, al margen de las evidentes deficiencias de imagen y sonido.
Características:
El sueño de Mari, la Arqueóloga (1977-78). Obra enmarcada con un marco realizado por su autor.
Pintura plástica industrial y acrílica sobre lienzo. Medidas: 130 x 195 cm.
Autor: Juan Castro Carmona.
Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia. Imagen del año 1975, usada como modelo por Carmona para su cuadro "El Sueño de Mari, la arqueóloga".